Artìculo de opiniòn

“No te escapes, enfrentalo…”


En el último año, el Registro Nacional de Personas extraviadas registró 6015 casos de adolescentes perdidos, el 70% fueron chicas que huyeron por decisión propia. Estos tienen entre 15 y 17 años de edad. Cabe aclarar que la mayoría, después de dos o tres días regresan a sus hogares.
También hay adolescentes o preadolescentes de menos de 15 años que huyen como, por ejemplo, en este último mes el caso de Leonela (12), nadie sabe por qué, y ahora es tarde para solucionarlo, ella acabó con su vida; ¿ si se hubiera hablado de sus problemas?, ¿si la hubieran tenido en cuenta?¿No habría sido mejor? Anticipar el problema es mejor que solucionarlo.
Los porqué son muchos: Algunos se pudieron responder porque la mayoría regresaron a sus casas, pero muchos otros no, debe ser por el riesgo que corrieron al irse sin medir las consecuencias que podrían sufrir.
En este último caso todavía pueden estar a la intemperie o les pudo haber ocurrido una tragedia, nadie puede saber con certeza.
Especialistas en el tema, ponen como causa diversas opciones como, por ejemplo, maltrato, ya sea hacia ellos o porque perciben violencia dentro de sus hogares. También puede ser por miedo a hablar de algún tema que saben que les puede molestar a sus padres o simplemente puede ser un acto de rebeldía.
En el segundo caso, este último tiempo es muy común el embarazo adolescente, y muchas jóvenes, a veces, prefieren huir y no hablarlo por miedo a la reacción. En muchas ocasiones los padres reaccionan de mala manera, hasta terminar echándolas de las casas. Y si en vez de reaccionar de tal forma, la contienen; el error ya lo cometió. Y si los padres piensan en sus errores ¿Por qué no hablaron sobre el tema? ¿Por qué era algo prohibido?
En fin, los adolescentes son seres humanos, cometen errores igual que los adultos, nada más que, a veces, no miden las consecuencias de sus acciones, y tienen que entender que esas “travesuras” les pueden salir bien o muy mal.
No solo los adolescentes tienen algo que entender, los adultos tienen que entender que hacer sentir miedo no es la solución, que acudir a la violencia o al maltrato verbal tampoco.
¿Entonces? Una buena contención, amor, afecto, el planteo de un problema y discutir para poder llegar a una solución, recurrir a un especialistas no haría que los adolescentes permanecieran en sus hogares, sin tener que buscar otro referente adulto que los entienda.

“PADRES ATENTOS NO SON PADRES ALARMADOS. PADRES RESPONSABLES NO SON PADRES CULPOSOS. PADRES PRUDENTES NO SON PADRES CONTROLADORES”; esa clase de padre, es el que ama a sus hijos y puede dejar los temas de “adultos” de lado para preocuparse de su hijo, de sus problemas, sin generar temor e intimidación, ni hurgar en su intimidad. Pretender saber qué es lo que le ocurre anticipa a un posible “Impulso adolescente”.

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